Sobre nosotros
Coco y Pincel es un taller de arte vivo, preparado para el desarrollo de procesos de producción de arte visual y plástico. Un espacio que acoge y acompaña el producir del arte visual y plástico alentando el desarrollo del proceso creativo.
En este lugar luminoso se crea una energía estimulante, de bienestar, de afectividad, de confianza, de respeto por el trabajo, de libertad. Un ambiente donde cada uno sienta que tiene su lugar en el grupo y que es aceptado, donde el error forme parte de la experiencia, donde se respire el sentido de equipo, se favorezca la investigación, el análisis crítico, la autodeterminación y la capacidad de escucha.
Más importante el proceso que el resultado
En el arte como en otras áreas de crecimiento, los niños necesitan la paciencia para que experimenten con los materiales y procesos artísticos en un ambiente relajado para explorar, ensuciarse, pintar el sol de negro y dibujar con tachones. De pasar la tarde rasgando papeles y pegando solo uno, el que más le gusta.
El proceso artístico es una exploración interna que se respeta sin importar el producto final.
La expresión artística es un canal para liberar las emociones y desarrollar pensamientos.
Por medio de la pintura, el dibujo o la escultura los niños pueden aprender de sus sentimientos, vivencias, ideas...
Cuando un niño se atreve a escoger material para crear algo, desde su imaginación, exhibe su alma ante los demás, al exterior. El acto creativo es un acto de vulnerabilidad y valentía.
Entonces, el papel del adulto que facilita y acompaña es apoyar este atrevimiento, “las ideas creativas son frágiles como los niños y necesitan protección”.
En las sesiones...
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No hay que llegar a ninguna parte concreta. Los procesos se mueven y desarrollan con total libertad.
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No damos instrucciones, hacemos propuestas y hacemos preguntas. La independencia es un componente esencial del proceso creativo.
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No existe la competencia, La expresión creativa de cada niño es igualmente válida, y no hay arte malo. La rivalidad inhiba la creatividad.
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Se respeta cada proceso, individual y colectivo, con todo el amor.